Por: Alfonso Suarez arias[1]
“La sopa es a la niñez lo que el comunismo es a la democracia” Mafalda
El Socialismo como tal, cayó en Europa central por el año 1989 y en menos de tres años se desintegró la Unión Soviética, asomaron el desprestigio y desengaño de la trillada lucha comunista, que por cien años no pudo demostrar teóricamente, ni en la práctica, que era la doctrina social que salvaría al mundo, al final terminó encauzando hacia el pragmatismo del capitalismo y liberalismo.
Sin embargo, necios del mundo en su afán por proyectar alejar los precedentes y errores del modelo eurosoviético, liderados por un orate apasionado y apadrinados desde Cuba, reinventaron el modelo bajo la connotación de socialismo siglo XXI, con un discurso anti-imperialista, popular y revolucionario que tomaría el poder de una nación y de quienes consintieron su intromisión, adaptándolo a un pueblo recién formado por criollos, mestizos, afrodescendientes, nativos, inmigrantes, arraigados a una cultura, terruño, tradiciones y sueños disímiles de las arcaicas costumbres del viejo continente.
Codiciando emular las gestas de Simón Bolívar, intentaron dar un cambio al patrón de comportamiento de la sociedad venezolana, constriñéndola sin detenerse a configurar principios y acciones reales de igualdad, seguridad social, justicia, paz y felicidad para todo el pueblo, tal como lo afirmó el mismo Libertador: «El sistema de gobierno más perfecto es el que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política«, éste nuevo modelo, estableció precisamente todo lo contrario.
No hay necesidad de manifestar con espíritu agorero que el pronóstico más acertado, es la inevitable y pronta caída del maduro régimen y su socialismo Bolivariano, sustentado en la heredad de un maniático a un paranoico, actual rival del presidente de la Asamblea Legislativa, desde aquel día que Nicolás increpó a Diosdado, por el desliz de ordenar y permitir el atropellamiento de diputados opositores, con lo que Cabello inquirió: ¡“El error lo cometimos los venezolanos al escogerlo a Usted presidente Maduro!”
Hoy, el país hermano ha paralizado su aparato productivo, ¿dónde está el hierro,cemento, papel higiénico, servilletas, toallas sanitarias?,¿que se hicieron los supermercados surtidores de pollos, huevos,arroz,azúcar,carnes?,¿dónde están los dólares reguladores de la importación y participación en el comercio internacional, las 160.000 empresas establecidas que desaparecieron del registro comercial?, con éste panorama el actual presidente usurpador no se sostendrá por seis años, lo que sí es indudable, es que caerá y más rápido si el Cabello que lo sostiene se hace a un lado o se revienta, pues es el reinante aperador de los militares.
Lamentable el grado de descomposición social que está sufriendo nuestro vecino y que tendrá repercusiones en fronteras, familias y parte de la sociedad colombiana, acentuándose que las protestas ya han traspasado las líneas limítrofes venezolanas y la represión no se hace esperar, pues las descabelladas órdenes a la bota, es refrenar con balas las banderas blancas y las pancartas exhibidas por el pueblo, agotado y angustiado por el estado caótico de la nación, en el que la infelicidad superó cualquier expectativa.
El pronóstico deja de ser reservado y se clama que el adolorido pueblo venezolano, que ha experimentado en su propia piel el adagio de “cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”, voltee la página de la historia y deje rezagado lo que un día fue el Chavismo (no el del “chavo”) y el socialismo Bolivariano siglo XXI.
[1] Empresario, abogado en formación y libre pensador. (Valledupar.)